El origen de la lavanda es en el norte de África y el mediterráneo, especialmente en zonas rocosas y soleadas para tener una floración abundante. Puede alcanzar el metro de altura. El aceite se obtiene de flores frescas y secas y se considera el rey de las esencias. La recolección se lleva a cabo durante su floración, normalmente a mediados de Julio.
Uso Histórico:
En la antigüedad era usada para la relajación, como perfume y como ingrediente en la cocina por los egipcios y romanos.
Muy usada desde hace más de 2,500 años por los antiguos persas, romanos y griegos en la rutina de baño.
En la época del renacimiento, sus hojas eran añadidas a las ensaladas muchas veces sustituyendo a la menta.
En Londres durante el siglo XVII colocaban las flores alrededor de su cintura a la llegada de grandes plagas para ser protegidos de la peste negra.
Los franceses lo utilizaban para diversas afecciones como: Alergias, quemaduras, dermatitis, pérdida del cabello, indigestión, cicatrización y taquicardia entre otros.
La lavanda era cultivada en los jardines de plantas aromáticas de los monasterios europeos, la consideraban estimulante, tónica, estomáquica y carminativa.
Tradicionalmente se ha utilizado también para dar balance al cuerpo.
El aroma del aceite esencial de lavanda, lo coloca como uno de los favoritos para traer en el bolsillo. Además de poseer un olor agradable, las propiedades y beneficios para el bienestar son numerosas. Tienen la característica de actuar rápidamente de acuerdo a la función que se le requiera.